lunes, 19 de marzo de 2012

La tecnología de la invisibilidad

La tecnología de la invisibilidad puede parecer una quimera a día de hoy, pero ya se han hecho investigaciones en este concepto por parte de varios países. No hablamos, aunque parezca extraño, de la invisibilidad a radares, ni de evitar la detección a larga distancia, sino de detección óptica y visual por parte del ojo humano.
Es algo que la humanidad lleva imaginando desde hace siglos. Escritores de todas las épocas han teorizado sobre el tema, y ha sido materia de investigación para muchos científicos a lo largo de los siglos. Sin embargo, hasta ahora no se ha conseguido que esté presente fuera de la naturaleza (donde, por ejemplo, tenemos elementos “invisibles” por su pequeño tamaño o por otras propiedades).
Este descubrimiento, como casi todos los grandes descubrimientos, ha nacido en el ámbito militar. Una de las grandes ventajas que aportan los escenarios de los conflictos armados, es que permiten la experimentación de nuevo armamento con el uso de la más moderna tecnología completamente desconocida por el resto de “mortales”.

Hasta ahora, este proyecto solo evitaba ser visto a larga distancia, mediante el uso de un material que desviaba los haces de luz que pasaba a su alrededor, lo que a corta distancia sería en inútil, pues no reflejaba las ondas, otra de las formas de la energía lumínica. El matemático Sébastien Guenneau de la Universidad de Liverpool, y Frédéric Zolla y André Nicolet, de la Universidad de Marsella, han demostrado, aplicando un modelo informático especialmente diseñado, que también se puede lograr hacer invisibles a objetos a corta distancia, cuando la luz viaja en ondas en lugar de en haces.

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Esto es debido a un “metamaterial”, llamado GETDP,  que es capaz de desviar toda la radiación electromagnética en un área esférica, creando a efectos prácticos una zona de invisibilidad. Este metamaterial está hecho a base de nanotubos de carbono,lo que una vez más pone en evidencia la versatilidad que éstos poseen.
En Japón ya se han hecho eco de esta tecnología y han empezado a investigar activamente,con buen resultado.

Sin embargo, aún queda mucho para que esta tecnología pueda ser aplicada para crear algo como la capa de Harry Potter. Esto se debe a que la flexibilidad de los movimientos humanos crearía fluctuaciones en la luz, impidiendo la actuación completa del material. Es posible que su mejor aplicación sea en aviones y vehículos terrestres, dado que la estructura y los movimientos rígidos de éstos permiten una actuación dentro de lo aceptable.

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